La espiral de las risas y los besos me arrastraron hacia tí con tanta fuerza, que no me da miedo a tener que desengancharme de tu olor. Que me quiero quedar a vivir para siempre en tu mundo, en tu esfera. Que me envuelvas, que me asfixies, que me quieras, que me sientas. Que no me da miedo. Que no me da miedo de ir a la velocidad de las estrellas, ni a estar a mil metros sobre el cielo. Que no me da miedo a encadenarme el alma a la tuya. La vida tiene ese gusto a lo bonito, a caramelo del sabor que más me gusta, y cuando lo pruebo y lo mezclo contigo, con tus ganas, tu alegría, tu sonrisa, ya no puedo ni tan siquiera pensar en evitarlo; no puedo..