No sé que me pasa, capaz la respuesta no esté en un libro de química o en una novela. Solo sé que cuando lo veo no paro de temblar, siento como espasmos que suben y bajan en mi espalda, no puedo conjugar bien los verbos, no puedo abrir la boca para hablar, porque cuando me doy cuenta estoy mordiéndome el labio inferior. Y que cuando se va, ciento un nudo en la garganta y unas ganas de gritarle “te quiero”, unas ganas tremendas de abrazarlo y no soltarlo jamás, pero en cambio, solo lo veo con su caminar tranquilo, y lo único que hago es soltar un suspiro y seguir soñando en que algún día tal vez, solo tal vez, el se imagine todo lo que provoca en mi.
Maria FLorencia Pulzoni.